ENTREVISTA A KUSTURICA


—Usted dijo durante una entrevista que las películas de Hollywood no le plantean preguntas a sus espectadores. ¿Qué clase de preguntas plantea usted en sus filmes?

Las películas de Hollywood no aluden a ningún sentimiento humano profundo. Se limitan a estimular el sistema nervioso periférico de los espectadores. Ha pasado ya mucho tiempo desde que han perdido toda dimensión artística. Se ha transformado en una industria sin más y sin plantearse ningún otro objetivo que no sea puramente comercial. Por mi parte, sigo tratando de hacer arte pese a que es algo que está pasado de moda y a lo que se considera cosa del pasado. Hoy se pasan películas en los teléfonos celulares. Es lógico, entonces, que los diferentes cines y los autores de películas se hayan convertido en piezas de museo. Trato de crear mi propio mundo con las personas, las cosas, las experiencias y las situaciones que amo. Intento proyectar a través de las historias que cuento mis sentimientos más profundos. No separo personajes buenos y malos, trato de que cada uno de ellos tenga su oportunidad de que se vea su manera de encarar la vida. Trato de hacer comedias a partir de situaciones tremendas. Y allí planteo los interrogantes que me preocupan. Por supuesto, no tengo las respuestas.

—En su última película, Promise..., los personajes positivos son los jóvenes y los viejos. Su propia generación aparece pintada con rasgos muy negativos. ¿Cree y espera que los jóvenes arreglen aquello que arruinaron sus padres?

Se puede encontrar una división similar en Gato negro, gato blanco: los abuelos y los nietos no están contaminados, son bondadosos y cálidos, mientras que mi generación ha quedado marcada por el mal. Esta es una aproximación de mi división en personajes que sigo manteniendo porque los chicos y los ancianos son aceptados fácilmente por los espectadores que los sienten muy cercanos. Tanto al comienzo como al final de sus vidas, los seres humanos pierden interés en las cuestiones económicas, dejan de lado toda codicia a diferencia de lo que ocurre con la edad madura. Pero esos jóvenes han de crecer y transformarse en adultos.

—También en Promise... aparece un conflicto entre la ciudad y el campo. Usted dijo hace un tiempo que está cansado de vivir en ciudades. ¿Qué hay de malo en ellas?

El deseo en retirada, la neurosis, pánico, estrés, la codicia, son todas palabras que caracterizan a cualquier ciudad del planeta, y a sea una pequeña ciudad como la que aparece en la película o una megalópolis como Buenos Aires o Nueva York. Nadie conecta estas palabras con la naturaleza, porque en la naturaleza todo está en armonía. Todo esto me hace sentir que es tiempo de retirarse hacia la naturaleza. Serbia es de los últimos sitios en Europa en cuyos campos puede respirarse algo de aire puro. En las ciudades falta el oxígeno, lo que afecta el cerebro de los que viven en ellas. Por eso construí mi propia aldea, donde reúno el cine y la vida.

Kusturica alude a Küstendorf y definió así en 2004 las características de ese lugar situado entre colinas serbias al sudoeste de Belgrado: "Perdí mi ciudad durante la guerra. Fue por eso que me planteé construir mi propia aldea. Tiene un nombre alemán: Küstendorf. Tendrán lugar allí seminarios destinados a quienes quieran aprender a hacer cine, conciertos, cerámica, pintura. Es el lugar en el que viviré y al que cierta gente podrá venir de tanto en tanto. Sueño con un lugar abierto a la diversidad cultural que se oponga a la globalización". La ciudad es hoy una realidad y arrastra el destino paradójico de ser absolutamente mediterránea y llamarse "Ciudad costera". Además funcionó como set para la filmación de La vida es un milagro.

Actualmente estamos trabajando en el Segundo festival de cine y música y los invitados serán Jim Jarmusch y Oliver Stone. Van a asistir estudiantes de todos los lugares del mundo y allí tendrán la oportunidad de mostrar sus trabajos, tal como ya ocurrió el año pasado. Nuestra experiencia con el festival anterior fue impresionante. Siete días de arte a pleno, películas y música parecieron darnos el derecho para hablar del exilio de Küstendorf, de que es el mejor lugar para huir de la industria. A cierta distancia de allí inauguramos el cementerio de las malas películas. El año pasado enterramos allí Duro de matar IV , pero todavía no decidimos a quién le va a tocar este año, pero temo que el cementerio termine por ser demasiado pequeño considerando la enorme cantidad de películas espantosas que se han estrenado. Lo puse en lo alto de una colina y creé allí mi propio set para hacer mis películas de un modo realista. Felizmente no se parece en nada a Hollywood que es un lugar que ya no es en absoluto realista.

También Küstendorf es una fábrica de proyectos: uno de los más llamativos es la producción de jugos frutales orgánicos, a los que bautizó con nombres de figuras de la política. "Dado que decidimos hacer una bio revolución en la producción de jugos frutales era lógico que eligiéramos los nombres de aquellos que simbolizan lo revolucionario. Así, el jugo de frambuesas se llama Che Guevara, el de zarzamoras lleva el nombre de Tito y así sucesivamente, de Fidel Castro a Lenín. En nuestro Küstendorf sólo puedes beber y comer los productos naturales que fabricamos. En cierta oportunidad, un visitante pidió una Coca-Cola y se le informó amablemente de que no la producimos simplemente porque no tenemos la receta."

Hay ciertas constantes en el cine de Kusturica. La apuesta a los jóvenes, la trama intensa entre tonos de la música y del relato, un cartel que cierra sus filmes con la leyenda "happy end".

—¿Qué significa el letrero "Happy end" que cierra sus películas? ¿Se trata de ironía o de esperanza?

Es esperanza. La muerte siempre puede esperar. Por primera vez quise que una de mis películas tuviera un verdadero final feliz y como en Gato negro, gato blanco, creo que hacer Promise... tiene algo de psicoterapéutico. Es al menos así como lo siento. Es lo que hacemos con nuestra música.

—¿Cómo fue la experiencia de la realización del filme acerca de Maradona?

Maradona es mucho más que un futbolista y que un deportista famoso. Por mucho tiempo fue una especie de reivindicador de los humillados y los perseguidos, esos pueblos entre los que veía al mío. No me interesaban las historias baratas y sensacionalistas en torno de quien es hoy el personaje más popular del planeta. Hay demasiadas de esas historias, basta con abrir cualquier diario o revista. Me interesaba su persona, su forma de ser, su manera de ver las cosas y su fuerza para sobreponerse a todo lo malo que le pasó en la vida. Debo admitir que cuando lo tuve cerca me fascinó. Es una de las personas más intensas y sentimentales que conocí en toda mi vida. Con esa fuerza y esa forma de encarar la vida, no sorprende que haya terminado por ser el mejor futbolista de todos los tiempos. Me hizo muy feliz ser parte de la vida de Maradona, y ver que está mucho mejor que en la última década. Para mí fue muy importante, porque cuando era joven fue uno de mis pocos héroes, la concreción de todos los sueños que pueden existir alrededor del fútbol. Pese a haber sido un hábil mediocampista, hoy juego poco, tengo 53 años y mis músculos se resisten a saltar como antes.

—La música parece ocupar un lugar importante en sus películas. ¿Hay una relación entre interpretar música y dirigir películas?

La música es como una hermana de la película. Ambas artes tienen una construcción, una composición y una arquitectura similar, y también se parecen en la forma en que hacen emocionar a la gente. Me gusta tanto la música como las películas. A veces, prefiero tocar que rodar un filme. Simplemente porque con las películas, la gestación es dolorosa, mientras que con la música la alegría está presente desde el comienzo hasta el final. Después de todo, se termina el rodaje, el armado y es como si uno se desprendiera de la película. Con la música pasa algo distinto, en cada concierto se reanuda la comunicación con la audiencia y, con nuestro grupo, generalmente renovamos la alegría en cada tema que tocamos.

fuente: oceanorojo.blogspot.com

Algunos poemas de Juanele..











“Regresaba
--¿Era yo el que regresaba?--
en la angustia vaga
de sentirme solo entre las cosas últimas y secretas.
De pronto sentí el río en mí,
corría en mí
con sus orillas trémulas de señas,
con sus hondos reflejos apenas estrellados.
Corría el río en mí con sus ramajes.
Era yo un río en el anochecer,
y suspiraban en mí los árboles,
y el sendero y las hierbas se apagaban en mí.
¡Me atravesaba un río, me atravesaba un río!”

(De Fui al río - de su tercer libro “El ángel inclinado” 1938)

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NO TE DETENGAS ALMA SOBRE EL BORDE
de esta armonía
que ya no es sólo de aguas, de islas y de orillas.
¿De qué música?

¿Temes alma que sólo la mirada
haga temblar los hilos tan delgados
que la sostienen sobre el tiempo
ahora, en este minuto, en que la luz
de la prima tarde
ha olvidado sus alas
en el amor del momento
o en el amor de sus propias dormidas criaturas:
las aguas, las orillas, las islas, las barrancas de humo lueñe?
¿O es que temes, alma, su silencio,
o acaso tu silencio?
Serénate, alma mía, y entra como la luz
olvidada, hasta cuándo?
en este canto tenue, tenuísimo, perfecto.

(De
El aire conmovido, 1949 )

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El sol ha bebido sus propias perlas
y hay apenas de ellas una memoria por secarse…
No temas, no temas, y mira, mira hasta las islas…
¿Viste alguna vez la melodía de los brillos?
¿La viste ondular, todavía de gasa,
desde tus pies al cielo, sobre el río?

(De Deja las letras de su libro “De las raíces y del cielo”)

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Que la locura florezca si no tiene mas que florecer.
Que la infancia tenga su mundo, que la enfermedad tenga su mundo,
que el animal tenga su mundo, que las cosas tengan su mundo.
No nos queda sino el AMOR para franquear sus límites.."

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Sí, mi amiga, estamos bien, pero tiemblo
a pesar de esas llamas dulces contra junio…
Estamos bien… sí…
Miro una danzarina en su martirio, es cierto,
con los locos brazos, ay, negando la ceniza
y el crepúsculo íntimo…

Estamos bien… Cummings que se va, muy pálido,
al país que nunca ha recorrido,
mientras Debussy enciende el suyo, submarino…

Estamos bien… Pero tiemblo, mi amiga, de la lluvia
que trae más agudamente aún la noche
para las preguntas que se han tendido como ramas
a lo largo de la pesadilla de la luz,
con la vara que sabes y la arpillera que sabes,
en las puertas mismas, quizás, de la poesía y de la música…

Estamos bien, sí mi amiga, pero tiemblo de un crimen…

Cuándo, cuándo, mi amiga, junto a las mismas bailarinas del fuego,
cuándo, cuándo, el amor no tendrá frío?

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Una voz subterránea

Puerto Ruíz (Entre Ríos) es el lugar que vio nacer a Juan Laurentino Ortíz el 11 de junio de 1896. Al poco tiempo la familia se traslada a las selvas de Montiel; el paisaje de su provincia marcarán a fuego al niño que años más tarde convertirá esos elementos en protagonistas de su poesía. Estudia en la Escuela Normal Mixta de Maestros de Gualeguay. Temprano lo atrapa el ideario socialista; hace vigorosos discursos y comienza a escribir en la prensa gráfica. Tiene un breve paso por Buenos Aires, realiza estudios de Filosofía y Letras, se relaciona con el ambiente bohemio y literario de la capital, hace amigos entrañables entre escritores y poetas y regresa a su provincia en la búsqueda de su aire, de sus elementos, de su paisaje. Nunca militó en grupos literarios ni en partidos políticos. Construye así una de las obras cumbres de la literatura en lengua castellana.

Este poeta no necesitó el fasto luminario de la metrópolis para concebir una obra cuya dimensión es tan vasta como profunda; su cuerpo lírico contiene una insospechada renovación que sostiene como ejes su entorno/paisaje, su indagación metafísica, junto a su capacidad para rastrear en la realidad cotidiana. Su voz extraordinaria aún continúa en secreto y confinada por el mundo oficial de la literatura por haber asumido Ortíz su derecho a ejercer su libertad sin concesiones, pagando por ello el alto precio del olvido a una poesía fiel a sí misma, auténtica, que deja fuera de ella todo lo que no es digno de su contenido. Celebró la revolución rusa del año '17 y la liberación de París; denunció el asesinato de García Lorca y los horrores del nazismo; padeció la cárcel durante el golpe del '55 y en 1957 fue invitado a visitar China y la ex Unión Soviética encabezando una delegación de intelectuales argentinos. Sus libros también fueron alcanzados por la barbarie de la última dictadura teniendo como destino trágico la hoguera.

Desarrolló una activa labor con la poesía extranjera traduciendo a Paul Eluard, los poetas chinos, Guisseppe Ungaretti y Ezra Pound. La revolución fue una idea permanente en Ortíz, un motivo que organiza y da sentido, pero no por ello puso en lugar secundario sus inquietudes filosóficas y estéticas magistralmente transformadas en uno de los cuerpos líricos más auténticos de las letras latinoamericanas.

Juan L Ortiz muere un 2 de setiembre de 1978 y consolida así la leyenda que con el tiempo instalará definitivamente su verdadera estatura de poeta.

Solapas libro LA QUIMERA DEL CINE

Solapa 1.- El libro de Juan José viene a abolir las formas ‘consagradas’ y alejadas de la existencia. Surge de todos y cada uno de los momentos compartidos, como de aquellos instantes en donde se revela el profundo sentido del individuo. No es un libro más. Se escribe con la sangre, con el puso vital, se escribe en el silencio de la tarde, en la mañana silvestre del otoño; en el querido y sufrido territorio de nuestra América y desde el alejado continente europeo. Se escribe en los bares, en la quimera, entre las nostalgiosas hojas de la ausencia y en el estallido.

En cada una de sus cartas se teje una trama vital, irreverente y conspirativa frente a los imbéciles y frente a la indiferencia del mundo, del pariente y el vecino. En ese sentido es una poética de la vida donde literatura, música, pintura y cine, se hermanan en el pleno acto de vivir. Ese instante que revitaliza el instinto de transitar con la sensibilidad de un poeta.

Nos dice Juanjo ‘…trabajar durante casi 7 años en la recopilación de todo el material que contiene este libro, escrito y discutido a lo largo de 40 años en mi relación con el cine, pone en blanco mi vida, si alguien tiene dudas de ello. Todo lo que está en él, quiero que esté así, de esta manera y no otra…’.

Este libro no pone en blanco la vida de Juan José Gorasurreta, lo que hace es dejarnos entrever el verdadero paisaje que se abre ante nosotros’.

Gonzalo Vaca Narvaja. Editor.

Solapa 2.- Palabras que rebotan, calan en la sensibilidad del lector, se apretujan para salir, llegan desde el pasado y se incorporan en el presente. Sufrimiento de la existencia, dolor en las desilusiones, heridas…’La desilusión es una vida constante’. Collage de pensamientos, imágenes mostrando emociones, apartas la razón para dejar al descubierto tus sentimientos. Se agolpan recuerdos, sensaciones, olores y…’juventud perdida’? o juventud transcurrida?, que es mucho más que haberla perdido descuidadamente en el camino, sería muy triste, porque…si la perdimos, quién la encontró?

Dicen que la música entra por los oídos y va al corazón… el cine entra por los ojos, los oídos y… va al alma? ‘Amar con los ojos abiertos tal vez sea amar como un loco: es aceptarlo todo apasionadamente’. Henri Langlois: ‘hay filmes que se verán cuando la humanidad lo merezca’… ya no se podrán ver?

Existencialidad, doliente intimidad, universo de particulares soledades. Las despedidas se entrelazan, será que la vida nos deja llenos de adioses y pocos re-encuentros? La amistad como valor de la vida, el transcurrir no arrebata las esperanzas, los sinsabores no se transforman en indiferencia.

Poesía, cine, crítica, amor, principios, coherencia, trayectoria del arte en tu mirada. Por momentos, irreverente, sin autocensura, desparpajo, delirio, desenfado…

Susana Acedo. Escritora.

Opiniones sobre LA QUIMERA DEL CINE

Juanjo: Al principio, lo leí como cualquier libro, desde la hoja 1 en adelante (gracias por el agradecimiento), pero no sé por qué eso me provocó cierta ansiedad, avanzar para ver qué decías de Rossellini o de Kiarostami. Entonces, entendí que un libro escrito durante tantos años tenía que leerse de otra manera. Ahora lo que hago es abrir cada día una unidad de la parte 1 y otra unidad de la parte 2. Al azar. Es divertido y rompo la temporalidad a la que obligan las páginas una detrás de otra. Todo empieza a configurar un gran retrato, puntos aislados que empiezan a trazar un rostro, el tuyo.

Gustavo Fontán


Juanjo: Después de tantos años de desconexión, tu libro nos ha descubierto un ser humano que desconocíamos. Yo te quería de forma irracional, con el mismo sentimiento que se vive al leer una poesía. Nos encontramos con un escritor que, mágicamente, esconde su vida íntima, en la forma literaria de frases cortas, a veces solo palabras, puntos, transpolaciones temporales…, que al Donvi le ocuparon el cerebro varios días tratando de descubrir y encontrar una secuencia cronológica en la que subyazca una conducta de vida valiente, valiosa y fuerte. Esa es la razón por la que aún no te habíamos respondido. Donvi(tale) lo quiere hacer en detalle.

Esther Soto (Grupo MIA)


Juanjo: me apasionó tu libro. Lo leí y lo estudié. Es un relato tipo rompecabezas: El núcleo son diez piezas que funcionan como llaves que van abriendo puertas y ventanas. Todas las piezas tienen una escritura que forman parte del contenido emocional. Frases cortas. Muy cortas. Un poco largas. Siempre punto y seguido.

Donvi(tale)


Juanjo: Leí (o mejor) transité por las páginas del libro con la sensación (a veces dolorosa) de tomar contacto con el alma desnuda, sin piel, de alguien que invita a mirar. Leí con interés, palpité con la (tu) emoción, me rebelé ante la injusticia o la indiferencia, reflexioné más que nunca acerca de lo que el cine significa para mí (como persona, como docente, como disidente).
Te habrán llegado muchos comentarios interesantes, yo sólo necesito decirte que, cada vez que abría el libro, sentía que entraba en un lugar donde mi alma debía despojarse de todo "ropaje" y contemplar ‘muda, absorta y de rodillas’ tanta humanidad.
Te quiero mucho.

Karuna (Cine Club Quirino Cristiani, Unquillo)


Querido Juan:

En su libro está su lucha de todos estos años y su pasión por el cine y los amigos que están y ya no están. Habla de esos límites que bien marca Godard como esperanza, a partir de la cual las personas pueden sobrevivirse Siempre peleando y recordando a los talentosos y enmarañado en una burocracia que muchas veces lo trató muy mal.
Siempre me acuerdo de usted hablándome de Bergman y de golpe interrumpirse para decir: La estrella anuncia la partida de su coche.... La burocracia lo había llevado allí momentáneamente. Y el cine siempre lo rodeaba en todas partes
En sus películas el río, las plantas, los cuerpos, los lugares, lo que no existe más pero alguna vez tuvo otra consistencia.
Me dio mucha melancolía ver sus trabajos. Pensé que si alguien hubiera grabado mi infancia y me la ofrece para ver no querría hacerlo
Me parece muy bueno que haya pasado sus trabajos a DVD. Me gustó el documental del fotógrafo pintando las fotos (Algo que no existe más tampoco) Las plantas en macetas de aceite, el campo, las vacas, la radio, el comienzo de la democracia, los baldíos, los discos viejos, los poetas, las plazas, Santa Fe y Córdoba, zapatos, sexos, cuerpos, ropa, situaciones políticas, etc.
Me hizo acordar que me estoy poniendo viejo Que melancolía!! Ver Córdoba de 1989! Fue un momento muy fuerte para mí.
Es increíble que el hombre ciego de la guitarra y el del bombo sigan allí!!

Marcello Mercado


Querido Juan, el de las quimeras:

No puedo hacer un ensayo sobre un libro, no es mi estilo, vos lo sabes. En cambio me gustaría hacer una película sobre vos. Un cinéfilo ardoroso, honesto e implacable, aguijoneado por el "imperativo categórico", que atraviesa el desierto cultural contra viento y marea. Contra las tormentas, contra la persecución y la incomprensión.

Mi lectura no fue una lectura a solas. Estabas vos, con quien casi no sostenía diálogo, porque estaba de acuerdo. Estabas simplemente presente, y lo estás, en el libro que es tu reflejo, y estabas por eso muy cerca. En el relato o estructura también eres reconocible, porqué lo dudás? No me extraña esa inseguridad perfeccionista. La conozco y te reconozco. Preguntás por las cartas? Le preguntás a Resnais por la arbitrariedad aparente de ciertas escenas de Providence? Forman parte de un todo que lograste, montaje incluido.

Eva Landeck. Realizadora argentina.

Sobre LA QUIMERA DEL CINE por el autor

El libro surge después de un trabajo de 7 años, juntando y recopilando material que me pertenece, que me gusta, que habla de mí, que cuenta de los otros, que denuncia, que grita, que ríe, que opina, que encuentra en el lenguaje del cine esa veta por donde amar los valores noblemente humanos como la nobleza, la honestidad, la verdad y el humor. La música es lo más parecido al cine y por eso mi libro tiene esa canción serena que va cantando según los estados de ánimo, que entona un estribillo cuando hace falta, que se desnuda en coro completamente cuando alguna injusticia corroe el alma, al decir de Fassbinder o lo hace 'a capela' cuando el dolor atosiga el interior. Y es un juego, un juego que cada lector jugará como quiera: si no lo hace con libertad, se perderá el juego y el libro, claro. En cuanto a la diagramación, algo que me gusta sobremanera, está realizada por la hija de la imprentara que en los 80, nos imprimía los boletines de mano de LA QUIMERA cuando empezamos. Ana tiene 24 años y diagramó el libro con esa actitud que sólo puede darla una mujer muy libre, muy hermosa y que es 'su' primera vez. La frescura, la insolencia, la pasional locura de decorar el paisaje de mi libro con recortes de rostros, incluso el mío, me pareció una forma de completar el rostro que todos queremos y amamos. Ana forma parte del grupo que me acompaña en LA QUIMERA desde hace un par de añitos, junto con un grupo de gente muy joven (entre 20 y 27 años) que pone a prueba, para ser honestos, mis 62 añitos de vida, una vida signada por un constante aprendizaje desde que encontré en el camino a Juan Carlos Arch y el Cine Club Santa Fe y vi HISTORIA INMORTAL de Orson Welles, allá por los ‘70. El trabajar con estos chicos, pone a prueba como un desafío también, saber cuán viejo estamos, cuán odioso somos, qué libertad tenemos para mirar el mundo con la altura de cámara que corresponde a este siglo y a este devenir humano que no sabemos muy bien dónde vá o dónde llega. Y el cine, a mi entender, es el arte más estremecido y comprometido por ese no saber con certeza hacia donde está yendo la humanidad.El editor, también puso lo suyo, aún con errores compartidos. De la familia Vaca Narvaja que todos conocemos, tiene una pequeña imprentita en la ciudad de Unquillo y allí genera este libro con mi pensamiento, que pretenden intercambiar experiencias con los demás para poder mejorar(nos) nuestro pasar.Un señora que leyó el libro, el otro día me llamó para decirme que LA QUIMERA DEL CINE parece ‘un libro escrito por todos’. Y entonces, corroboramos que es un libro escrito para todos, en lo solidario, en lo colectivo, en la búsqueda de una razonable convivencia que nos respete mutuamente.A fuer de ser honestos, es muy difícil encontrar hoy por hoy, escuchar esa palabra tan mágica, tan sabrosa, tan a la altura de nobles sentimientos que puede conmover en un mundo contemporáneo en donde lo sensible es descartable. Esa pasión es la que puse cuando fui armando y desarmando LA QUIMERA DEL CINE: 'buenos y malos recuerdos vengan a mi', como dice Jean Pierre Melville en el comienzo de ese gran filme que se llama EL EJERCITO DE LAS SOMBRAS. Es un libro 'desnudo' que surgió de la pasión por el cine, por la honestidad y por el ser humano, no necesariamente en ese orden. Y si eso viene del cine, qué mejor!
Juan José Gorasurreta
Director Cine Club LA QUIMERA